domingo, 3 de abril de 2011

Otoño.



A veces me gusta llevar la contraria. Ahora que comenzamos a disfrutar de la Primavera, me acuerdo del Otoño. Estamos a dos estaciones del mismo y me parece tan maravilloso como la exultante estación actual. La única diferencia es que en el Otoño, la belleza es preludio de la Muerte, de la llegada del Invierno y del ocaso del año. A diferencia de la Primavera, que supone el renacer de la vida, de las plantas, de algunos animales y sobre todo, del reino del Astro Rey, que comienza a iluminar comiéndose las horas del reloj.

Pero el Otoño me parece igual de pintoresco y bello. Viste la melancolía y el final de los días. Alberga ese sueño que será el Invierno. La Muerte, entonces, puede ser hermosa. Algo fría quizás, pero entrañable. Porque nuestras sangres entienden los cambios de la Naturaleza y ahora, en el preludio del Verano, comienzan a bullir por nuestras arterias. El Otoño, sin embargo aviva otro tipo de sensaciones, otro tipo de colores. Invita a pasear y contemplar la hojarasca mortecina y distante de la vida, porque ya decae.

Pero cambiarán las tornas, habrá un Renacimiento. Todo es un discurrir por la sabia Madre Naturaleza. Un ciclo sin fin, eso es la vida.


1 comentario:

  1. Angel, angel, tú siempre con ese animo contradictorio... no confundas pues, ni intencionadamente tu animo y sucumbas a la melancolía otoñal, que estamos cerca del verano. Queremos más fotos primaverales, las tienes... Bsos. Pilar g.

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