domingo, 28 de marzo de 2010

La flor azul.

Estos días pasados ha venido a mi memoria una fecha que me sirve de pretexto para reflexionar. Un 25 de marzo, de hace 209 años, moría Georg Friedrich Philipp Freiherr von Hardenberg, más conocido como Novalis. Él y unos cuantos nombres más, forjaron a finales del siglo XVIII el movimiento romántico. Para muchos fue el último movimiento “total” que ha dado el hombre, pues afectó a todas las facetas de la vida: religión, política, arte, guerra, vestimenta, filosofía… Hablar de este movimiento requiere tantos ríos de tinta como interpretaciones, pero siempre quedan las obras de los que lo hicieron nacer.

Novalis fue uno de esos escritores que sucumbió a los sentimientos. Quiso aprender de ellos para encontrarse a sí mismo. Pero el camino es oscuro ya que toda luz produce sombras, como toda rosa tiene espinas. Yo como tiendo a la oscuridad, en lo que hago, en lo que siento, me acerqué a Novalis y me sorprendió.

Por eso os invito a descubrirlo y de paso conocer un matiz más de ese romanticismo que hoy suena a prensa rosa barata. Lejos de la realidad, el romanticismo engloba tantos matices y tan ricos que hoy nos sorprendería llamar con ese apelativo un simple verso de pago enviado por telefonía móvil.

Ahí es donde radica uno de nuestros defectos, la materialización del alma y la espiritualización de la materia. Pero volver a ser romántico decimonónico sería peligroso para una persona de hoy en día. Ya lo era para ellos. ¿Quién es romántico hoy?. No lo sé. Simplemente es cuestión de caminar, hacer camino al andar. Así puede que encontremos lo que Novalis denominó flor azul. Que no es otra cosa que encontrarnos a nosotros mismos, ahí dentro esta la respuesta. Un mensaje universal llevado a la práctica por esas mentes de hace dos siglos que dejaron de pensar, para simplemente, sentir. Luego los tiempos cambiaron y con ellos las percepciones de la realidad. Pero siempre quedó algo de ese romanticismo amanerado en versos de amor, vampiros oscuros o arte incendiario.

Ahora Novalis cobra fuerza porque nuestra sociedad es tan dramática como sus versos y tan oscura como la senda que conduce a esa flor azul, rodeada de otras flores, pero siempre ella única. Como cada uno de nosotros. Quizás ahora comprendamos mejor aquello del “Sturm und drang”. Ahora que lo vemos de lejos desde una sociedad completamente desnaturalizada pero donde quedan huecos para recordar y recolocar a esos hombres que modificaron el devenir de la Historia a golpes salvajes de pasión.


miércoles, 24 de marzo de 2010

Una gala en imágenes.


Ya ha pasado un tiempo pero es que las cosas bien hechas lo requieren. En febrero asistimos a la XI Gala de los premios de la música aragonesa. Cuenta de ello dio el que suscribe este artículo en el portal de Aragón Musical (www.aragonmusical.com) como fotógrafo oficial de la gala, inmortalizando cada instante con un nutrido puñado de fotos.

Ahora ya tenemos disponible la gala entera en vídeo. En realidad se trata de algo más. De un reconocimiento a la Música y del buen hacer de tres personas sin las cuales la música en Aragón tendría un sabor distinto.

Disfrutad las imágenes (y la música).



http://www.premiosdelamusicaragonesa.com/pruebaas/

viernes, 12 de marzo de 2010

El Artista hoy.

El Arte existe desde tiempos inmemoriales. Por lo menos desde cuando el antecesor del hombre comenzó a decorar el interior de sus cuevas con siluetas pintadas a modo de palmas de mano y escenas de caza. No hay duda, somos creadores de un concepto que aúna sensibilidad y mensaje (los dos pilares básicos de la creación artística). De lo que sí hay dudas y un gran debate histórico, es de la posición social que ocupa el artista en el devenir de la Historia. En realidad el artista-autor es fruto de su tiempo, de la época que le toca vivir. Pero el arte evoluciona y su posición se recoloca paulatinamente. ¿Qué lugar social ocupa el Artista hoy en día?.

Si nos fijamos en el materialismo a ultranza que nos rige actualmente, sólo veremos al artista-autor como un fabricante de obras que tiene que vender. Sin embargo eso es sólo la punta del iceberg. Hay muchos matices que escapan a esa clasificación. Por ejemplo: ¿qué posición ocupa el artista amateur?, ¿debe el profesional perder libertad personal creativa para poder vivir de lo que hace?, ¿qué papel juegan las galerías de Arte?...

Recientemente estuve de visita por las ferias artísticas de ARCO y ArtMadrid. Mi presencia respondía a criterios de trabajo, que como se puede intuir, versaban sobre mi última obra fotográfica. Como esperaba, la visita fue infructuosa. Pero lo que más me llamó la atención fue el hermetismo de este sector social artístico. O dicho de otra manera, una desconexión completa con la realidad. Como más de una persona me comentó, las ferias están para vender, por tanto la gente que allí se encuentra uno, son solo vendedores o compradores. La galería artística se convierte en una simple tienda de arte. Sin embargo, ¿no debería ser el galerista el que descubra, impulse, discrimine el ARTE de las Bellas Artes (volvemos a David Hume)?. Es una gran responsabilidad para el galerista ético y moral cumplir su función pues sabe que hay muy buenos artistas pero no todos valen, no todos se pueden vender; por lo menos, para los clientes que maneja esa galería. Tristemente entonces volvemos a las reglas del mercado que recolocan al artista-creador en un mero fabricante.

Esta visión es sectorial, y como todos sabemos falsa. El Arte es un motor de cambio, una percepción distinta de la realidad que le rodea. Quizás hoy no haya vanguardias devastadoras, pero desde luego hay artistas por todas partes, que realmente hacen obra que debería aparecer en los libros de texto y que sin embargo se morirán sin verse reconocidos simplemente por falta de suerte o de compradores (ambos términos hoy en día son lo mismo).

A su vez vivimos en Occidente una época confusa que mezcla globalización y nuevas tecnologías. Esto enriquece la cultura y además alimenta al Artista para que experimente constantemente. No sé si esto le aleja más o no de la masa en general que diría nuestro Ortega y Gasset. Pero lo cierto es que desde las vanguardias de principios del siglo XX, si uno no recibe una cultura adecuada, la comprensión de la obra artística actual tiende a convertirse en una entelequia. No creo que a las personas que conforman el intrincado conglomerado del mundo artístico les interese esto. Por lo menos no más que vender. De lo contrario, estaríamos ante la muerte del artista que desde luego no ha ocurrido. Porque sencillamente, la figura del Artista es necesaria. Siempre hay algo que decir, e importa el cómo decirlo, importa la sensibilidad que ponemos en la obra… Importa que nos vean y nos entiendan para que conecten con nosotros, pues la obra artística es comunicación en estado puro.

Por tanto, creo que se puede vender, ser un fabricante de obras para su venta, pero sin dejar de ser un creativo concienciado con lo que se hace. También es cierto que hoy en día hay muchos artistas y eso satura el mercado y agota el espíritu de los galeristas que se transforman en una criba constante. Ardua tarea pero igual de humana que cualquier otra, pues el artista es un ser humano.

Por todo esto, y a pesar del mercado actual de la vida, los pilares de la creación artística no deben verse vilipendiados ni adulterados. La fidelidad a sí mismo es el motor del creador. Habrá desde luego artistas advenedizos que les mueva el lucro, la fama y los placeres. Pero afortunadamente no debería influir en la carrera de la obra de cada uno. Yo por lo menos, no me preocupo ni siquiera de los concursos de fotografía que no gano (y son unos cuantos), mientras veo a compañeros conocidos míos que literalmente “copan” las victorias hasta la saciedad. Ese, no obstante, sería otro debate.

ARCO a pesar de todo me pareció una gran feria de Arte. Y con profesionales invitados muy cualificados por ser realmente personas que saben y manejan los hilos del mundo artístico. A su vez hay tres ferias más en Madrid dignas de ser vistas al igual que otras de España. Porque realmente lo que se exhibe y se vende es la vanguardia que el día de mañana aparecerá en los libros de texto de los colegios. En definitiva, cultura y Arte, con un precio de venta al público, es cierto, pero fabricados con la materia de los sueños y la ilusión de un creador artístico.




Nota bene: vídeo sobre la edición de ARCO de 2010 por Trinidad Loren (www.elmundodetrinity.com)


domingo, 7 de marzo de 2010

El amigo Vargas.




Hace unos años, en plenas fiestas del Pilar de la ciudad de Zaragoza, hubo un concierto musical memorable que se realizó en el centro de la urbe. La Vargas Blues Band desplegó en la famosa avenida de la Independencia su mejor blues rockero ante la mayor cantidad de público que se puede imaginar.

Hablamos de lo que podría ser un concierto más en unas fiestas patronales como otras cualquiera. Sin embargo, el epítome no sería justo. Ese concierto fue también objetivo de mi cámara, pues Javier Vargas es, junto con Raimundo Amador, de lo mejor que tenemos en España en cuanto a “cuerdas eléctricas” se refiere. Pero no fue un concierto cualquiera. Cuando el conjunto terminó su actuación, vinieron los bises, preludio de la despedida. Algo habitual, consecuencia del hambre de los que siguen porque les gusta un grupo musical. Pero tras retirarse definitivamente por esa noche Javier Vargas y su equipo, la gente siguió increpándoles amigablemente. Era ya poco el público, intempestiva la hora y una semana larga por subyugante. Un grupo más o menos exiguo de gente, coreaban el nombre de Vargas. Y resultaba pintoresco a la vez que emotivo, ante la soledad de un espacio tan grande como esa avenida de la Independencia, ver y sentir esas voces con deseos de más. Pedían, como es normal, que el momento no se acabara nunca.



No suele ocurrir en el ámbito profesional; llevo diez años largos fotografiando a los músicos y cuando el show se acaba, el final es inexorable. Sin embargo, esta vez no fue así. Javier Vargas salió y volvió a tocar… y no poco tiempo además. La calle ya no se volvió a llenar, y de vez en cuando pasaba por los laterales algún vehículo de la limpieza pública. Pero ese Artista, por un momento dejó a un lado su cansancio, su contrato, se dejó llevar y se entregó. Supongo, en estos casos, se trata de una mezcla de pasión, placer y entrega para con sus seguidores. De esta manera el concierto duró horas y horas. Pocas veces, insisto, he visto esto sobre grandes escenarios.

Hasta el pasado veinticinco de febrero no volví a ver a la Vargas Blues Band. Esta vez con un nuevo cantante, fruto de la amistad casual entre artistas. Y por supuesto, en un escenario más pequeño. Un local como es el Arena Rock de Zaragoza.



La entrega fue la misma, si bien más ceñida al tiempo pero con no menos insistencia de público que por supuesto, pidió más y más ante el anhelo insaciable de sus almas alimentadas por música.

Y descubrí al igual que con otros artistas, que el paso del tiempo a veces hace mejorar como el vino el talento de algunos músicos. En esta ocasión, los protagonistas eran dos, las manos de Javier y la voz de Tim Mitchell, un norteamericano bonachón y entregado, divertido a la par que grande en sus dotes. Quizás ya comience a ver a través de mis ojos, la música como algo entrañable dejándome llevar por la edad que otrora bebía de la rebeldía irredente. No obstante siempre he sido muy ecléctico. Tanto llevo en las venas tempestades como paseos de mar pausados. Esto mismo se podría decir del estilo que nos brindó Javier Vargas y su gente. Lleva unos cuantos años en esto y siempre suena fresco y rejuvenecido. Se ve que disfrutan sobre un escenario tocando. No hacen ascos a nada por su música y agradecen la entrega del público.



La Vargas Blues Band ya ha grabado un disco en directo con amigos, un toque de distinción alimentado con humildad del buen hacer y el talento. Música entre amigos, incluido público, con el amigo Vargas.