sábado, 22 de mayo de 2010

3ª Jornadas de periodismo local. Mismas preguntas, mismas respuestas.




El pasado día 15 de mayo se celebraron las anuales jornadas de periodismo local, desarrolladas en un fin de semana y ubicadas en el Centro de Congresos de Barbastro, en Huesca. Como el que suscribe es de formación y dedicación periodística, me dejé caer para ponerme al día del “estado de la cuestión” y sus problemáticas. Hubo invitados más que interesantes y debates realmente completos, retando como siempre, al doloroso reloj de un tiempo, que en estos casos resulta escaso. Las temáticas versaron sobre diferentes aspectos: las nuevas tecnologías, los medios de comunicación regionales y la forma de trabajar en otros lugares de España, a saber, las Islas Canarias, La Rioja y Navarra.

En líneas generales se vio que este oficio del periodismo se mantiene fiel a sí mismo en sus virtudes y en sus problemas. Cada ponente habló de sus experiencias y repasamos la vida de algunos medios de comunicación como Radio Huesca, o el grupo La Comarca (con sede en Alcañiz). Todos coincidían en una cosa: el periodista ha de estar al día en cuanto a tecnologías y conocimientos. Ahí es nada, el meollo del asunto de nuestras vidas.

El periodista local es una especie de todo terreno informativo que está presente en el día a día de su lugar de trabajo, que es realmente donde vive. Su labor informativa es inherente a una vida personal rayana en lo que hoy llamamos relaciones públicas. Realmente cierto que cuanto más pequeño es un lugar, más estrechamente tiene uno que convivir con los demás. Se convierte el periodista en una persona con un tacto noble y una profesionalidad exquisita, sin olvidar la humanidad de la gente que habita su zona. Las miras por tanto se focalizan al entorno. La gente desea saber lo que ocurre ahí al lado, pues para ponerse al día del ancho mundo, ya están los otros medios de comunicación y, por supuesto, Internet.

Las nuevas tecnologías convierten al periodista en un profesional multimedia. Y esa revolución se concibe desde dentro, desde el corazón mismo de la redacción de un medio de comunicación. El periodista construye, casi ya como un artesano mediático, un producto informativo que se ofrecerá por radio, por Internet, por la televisión y por papel, dependiendo del medio donde se trabaje. Aparece así un nuevo vocablo de moda llamado “sinergias”. Es ahí donde las tecnologías hacen profético el axioma académico de que el -medio es el mensaje-. Cada formato tiene su idiosincrasia, incluso cuando el destinatario es el mismo. Pero a su vez, esta ambivalencia aumenta el estrés del propio periodista. Caballo de batalla de esta profesión, y de otras muchas, el no tener ni horario fijo ni salario digno. Fue éste un debate acalorado en el que se enfrentaron dos posturas. Por un lado los jóvenes periodistas, que comprobaban cómo el romanticismo de una profesión se volatiza a pasos mercantilizados. En otro lado de la discusión, hablaba la experiencia de los veteranos reporteros, algunos ya empresarios de la comunicación, defendiendo la sangre y la raza de lo que supone esta profesión.

Realmente todos coincidimos en que el periodista lo es por vocación. Y esto lo saben los responsables competentes, que no pagarán lo que se merece un reportero por la sencilla razón de que si no lo hace uno, lo hará otro; ley de mercado, ley de vida. Me pregunto yo, cuándo habrá sido realmente respetada esta profesión. ¿Es justo que cobre más un columnista afamado que un reportero de a pie, que trabaja doce horas por quinientos euros?. ¿Hasta qué punto es ético invertir más en tecnología, que en la base humana del periodismo?. ¿Son buenas las tecnologías multimedia que agobian la carga de trabajo del periodista, haciendo que disminuya la calidad del producto final?.

No todos los medios de comunicación son iguales ni en todos se trabaja de la misma manera. De ahí que tuviésemos las vivencias contadas por gente de otros sitios. Miguel López es un canfranero que recaló en las Islas Canarias dentro de la familia de Televisión Española. El cambio le supuso un choque cultural extraordinario, vivir en una isla es totalmente distinto a tierra adentro. Lo local cobra una fuerza vital, en sitios como estos pedazos de tierra en medio del agua. Y si a ello sumamos las tecnologías, nos daremos cuenta de que no necesitamos ser “periodistas orquesta” para confeccionar un producto informativo que de todos modos va a llegar a su público. Nos contaba Miguel, por ejemplo, que en su zona de trabajo, digamos, el distrito provincial de Tenerife, los periódicos de papel sirven de poco. De hecho, la prensa llega a los quioscos a las doce de la mañana... La televisión e Internet triunfan. Sobre todo la Red digital que permite al usuario ver el contenido que le interesa sin necesidad de mirar el reloj. Pequeña gran revolución tecnológica aplicable a muchos ámbitos informativos de la vida misma.

Hablando de tecnologías, Internet supuso otro punto aparte en estos encuentros. Contamos en estas jornadas con la experiencia de Viriato Monterde (www.elmundodewayne.es). Joven perspicaz que ha sabido crear sitios web de información general realmente interesantes. La clave, nos razonaba Monterde, es contar con el usuario como parte del proyecto. Que se sienta parte del equipo. Para ello han nacido, entre otras cosas, las redes sociales, tan de moda en nuestros días. Me sorprendió en este punto, por cierto, que ya hay periodistas que usan estos encuentros digitales, como Facebook o Twitter, para obtener información. A su vez son un auténtico hervidero de noticias y cotilleos varios. Y por supuesto, la prensa rosa, los deportes, el sexo y todas estas “pequeñas pasiones de la sociedad”, siguen siendo lo que más mueve en la Red.

Ese gran invento es el futuro. Todas las televisiones cuentan con Internet, la radio, amplía su presencia en nuestras vidas con los podcast (descargas sencillas y manejables de los programas radiofónicos), los “columnistas” de la prensa comienzan a tener más peso en la pantalla de nuestro ordenador que en el papel... En definitiva, el futuro en un solo clic de botón.

Entre debate y debate encontramos testimonios extraordinarios. En estos encuentros conocimos a José Luis Brualla, de Radio Benabarre. Desde los nueve años metido entre micrófonos, vi ante mí una de la esencias por antonomasia del periodismo. El afán de saber, de comunicar, de disfrutar con la profesión independientemente del dinero y los recursos. Hombre de no pocas vivencias y anécdotas, de gran sencillez aderezada con humildad y un buen hacer sin límites dotado con una gran capacidad para tornar cualquier problema en meta. Su ponencia maestra nos dejó boquiabiertos en una de esas vidas que no habría tenido sentido de hacer cualquier otro trabajo. Otro de los temas que se tocaron fueron las relaciones entre políticos y periodistas. No hay dudas, el periodismo busca la verdad. Por supuesto, esta verdad se canaliza a la hora de transmitirla al usuario, por los derroteros propios de la línea editorial de cada medio. Pues a fin de cuentas no existe ningún medio de comunicación que deje a sus periodistas hablar libremente al cien por cien. Todos lo sabemos, hay intereses, hay ideologías, en los responsables del medio o en los destinatarios finales. Por tanto, a veces el periodista se encuentra en la tesitura de manejar esa noticia política con la cautela del que posee algo valioso pero con la convicción del que alimenta principios éticos. Encarna Samitier, subdirectora de Heraldo de Aragón, defendió la independencia moral del periodista frente al político. Para ella el periodista no debe ser “amigo” de los políticos. O dicho de otra manera, y en sus palabras, “el periodista debe controlar el poder”. Ciertamente, hoy en día es este cuarto poder el que vela porque las injusticias salgan a la luz. A lo mejor se produce un contrasentido, me pregunto, cuando ni los propios medios de comunicación son objetivos... No obstante es necesario que estén allí, no sólo para informar, también para velar, para ser la voz de los habitantes. Prueba de ello, por cierto, es el periódico Heraldo de Aragón, donde sus más de cien años de historia dan idea de su maleabilidad ideológica y su buen conocimiento de las turbulentas aguas por las que se mueve el periodismo.

Al final, eso sí, nos quedamos con la persona. Lo que realmente importa es el Ser Humano, las historias humanas. Los logros, los avances, las virtudes que nos hacen mejorar día a día, en definitiva, las buenas noticias. Pero la realidad es compleja y posee tantas o más sombras que luces. Y unas como otras, tanto las malas como las buenas noticias, han de tener su sitio informativo. Las personas queremos saber y queremos estar informados. Cerca de donde vivimos y lejos, allende las fronteras. Hoy más que nunca, el planeta, es un poco más pequeño.


Corolario.

En el año 1993 comencé a estudiar Ciencias de la Comunicación. Y desde entonces no he visto que los parámetros en los que se mueve el debate de la profesión periodística hayan cambiado. Creo que los pilares en los que se sustenta el periodismo en general, son los mismos. Abogo eso sí, por ser humildes. El periodista es un comunicador, y esto es aplicable tanto para el reportero local de libreta y bolígrafo en mano, como para la mejor firma invitada a un periódico, simplemente para dar su opinión.

Creo también que las nuevas tecnologías facilitan las cosas, sobre todo para el usuario final. En principio se orientan a eso. Quizás los periodistas y otras profesiones aumenten sus quebraderos de cabeza para manejar tanto cambio. Y es que realmente resulta difícil y voluntarioso estar al día en los avances de lo que nos hace la vida más cómoda. Tal vez sería más justo que el periodista se especializara en su respectivo campo de trabajo. Algo, intuyo, que no va de la mano del empresariado periodístico. A lo mejor me equivoco; lo veremos cuando la crisis actual desaparezca y entre de nuevo más dinero en los mass media, a través de la publicidad. Entonces veremos dónde se invierten de nuevo los beneficios de un medio de comunicación.

Mientras tanto felicito a los reporteros locales porque desde hace tiempo la demanda informativa de la gente pasa por saber lo que acontece cerca. Por la información concreta en el saber y porque además, la noticia puede estar donde uno menos se lo espera. Y es ahí donde el periodista ha de tener olfato para saber qué es noticia y qué no lo es. Una muestra más de que los pilares del periodismo nunca cambiarán por la sencilla razón de que son universales.


http://www.elmundodewayne.es

http://www.heraldo.es

http://www.aparagon.org

http://www.radiohuesca.com

http://www.lacomarca.net

http://www.rtve.es/tve/canarias

http://www.diariodenavarra.es

http://personal.redestb.es/canal25tv/

http://www.revistaescaparate.es

http://www.elconfidencial.com

http://www.aragontelevison.es

http://www.barbastro.org



Nota: todas las fotografías son de Ángel Burbano a excepción de la fotografía de familia con los asistentes al evento. Imagen publicada en este blog con autorización de la Asociación de la Prensa de Aragón.


2 comentarios:

  1. Gracias, Ángel, por tu crónica y tus reflexiones sobre el oficio periodístico y los retos a los que se enfrenta con la aparición de las nuevas tecnologías. Pero me preocupa una cosa: ¿Mamen Pardina con muletas...?

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  2. Hola Juan Ramón,

    Nuestra querida Mamen está convaleciente de un pie pero a ver si poco a poco se va recuperando. De hecho sigue micrófono en mano a pesar de andar a "cuatro patas".
    Es mucha Mamen esta chica.

    Ángel

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